domingo, 29 de junio de 2008

A 30 AÑOS DE ARGENTINA-HOLANDA, ENTRE LA DENUNCIA Y EL DOLOR


El fútbol argentino cumplirá el trigésimo aniversario de la conquista de su primera Copa Mundial de fútbol en medio de nuevas denuncias sobre la manipulación que hizo del torneo la sangrienta dictadura que comandaba el general Jorge Videla.

El diario Página 12 entregó un documental realizado hace cinco años ("Mundial 78. La historia paralela") en el que Osvaldo Ardiles, uno de los campeones del 78, afirma que devolverá su medalla si se entera que la dictadura argentina sobornó a Perú para que Argentina le ganara 6-0 y avanzara a la final del torneo, superando por diferencia de gol a Brasil.


Numerosos indicios sobre ese soborno fueron revelados con la aparición del libro "Fuimos campeones", del periodista Ricardo Gotta, que enuncia numerosos contactos entre militares de ambos países en las horas previas al juego, disputado el 21 de junio de 1978 en la ciudad de Rosario.


El libro adjudica un rol clave a Francisco "Paquito" Morales Bermúdez, hijo del dictador peruano de ese momento y jefe de la delegación peruana en el Mundial 78, cuya final, Argentina ganó 3-1 a Holanda en tiempo extra, el 25 de junio de 1978 en el Estadio de River Plate.


Un segundo documental que emitía el canal Encuentro ("Mundial 78: Verdad o Mentira", del periodista Christian Rémoli) relata a su vez otro tema tabú menos conocido del torneo, el supuesto doping de la selección argentina. A su vez, el periodista Fernando Ferreira presentará en Buenos Aires "Hechos Pelota", un cuarto libro sobre el Mundial 78, éste específicamente dedicado al rol de la prensa deportiva, víctima de censuras, manipulaciones y complicidades con la dictadura, según el relato de 16 periodistas. Previamente, en 1998, Abel Gilbert y Miguel Vitagliano publicaron "El Terror y la Gloria", mientras que en 2005 Pablo Llonto escribió "La vergüenza de todos (el dedo en la llaga del Mundial 78)", en el que revela, entre otros datos, que Joao Havelange, por entonces presidente de la FIFA, pidió al general Videla por un ciudadano brasileño que había sido secuestrado por la dictadura. La FIFA mantuvo la sede argentina no obstante las graves denuncias de violaciones a los derechos humanos lanzadas en Europa contra la dictadura de Videla, acusada del asesinato de unas 30.000 personas y de implantar casi 500 campos de concentración, el principal de ellos la ESMA, ubicado a sólo 700 metros del Estadio de River.


"Fui usado", admitió el DT del equipo campeón, César Menotti, un ex afiliado al Partido Comunista y quien participará de un debate junto con Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y cuyo nieto Guido, nacido el mismo día de la final, es uno de los más de trescientos niños nacidos en cautiverio y cuya identidad sigue sin ser recuperada. Aunque la vergüenza o la culpa parecen un sentimiento generalizado, numerosos aficionados envían estos días mensajes a los medios reivindicando la conquista del Mundial 78, rechazando las acusaciones de soborno o doping y exigiendo que no se vincule a la selección de Menotti con la dictadura de Videla. En tanto, numerosos campeones del 78, como Leopoldo Luque, Jorge Olguín, Luis Galván, Alberto Tarantini y René Houseman, entre otros, participarán junto con víctimas de la represión de un acto que recordará al Mundial, y que incluirá una marcha desde la ESMA a River. El acto, organizado por el Instituto Espacio para la Memoria (IEM), llevará como nombre: "La otra final, un partido por la vida y los derechos humanos".



Ansalatina.com, 24 de junio de 2008

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